lunes, 31 de octubre de 2016

                                         TACITURNA

Muy temprano me mastiqué las palabras
aquellas que podrían habernos herido.

Cuando el sol del amanecer
entibiaba tu cara a través de la ventana.
Tu cabello transitaba por tu espalda
estabas en mi cama
eras mía de nuevo.

Tus padres no pudieron sembrar en tu cráneo
las palabras que te separaran de mi.

El agua del mar rugía despiadada,
yo absorto te observaba en mi catre
divina y taciturna con tu despojado
otra vez conmigo, y sentí deseos
de volver a amarte.



autora: Sonia Vilma Ravizza  ©  

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